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EL SEÑOR DE LAS MOSCAS

EL SEÑOR DE LAS MOSCAS

El argumento, según la enciclopedia, es el siguiente: dado que la cantidad de fuerza que hay en el universo es finita y el tiempo infinito, el modo de combinarse dicha fuerza para dar lugar a las cosas que podemos experimentar es finito. Pero una combinación finita en un tiempo infinito está condenada a repetirse de modo infinito. Luego todo se ha de dar no una ni muchas sino infinitas veces. Repito: no una ni muchas sino infinitas veces. ¿Vuelve, por tanto, la locura? ¿Abrevan las moscas, según esto, en el sucio espejo de las fuentes del Nilo? ¿Se acarician entre ellas, como tantas otras veces, con el optimismo propio de los guillotinados? Bien; es posible. Siempre según la enciclopedia el argumento se expresa casi de forma matemática; la matemática, sabemos, sus leyes y teoremas, no entiende de adaptaciones, pero sí de independencias. Me lo recuerda Jorge Wagensberg en su recorrido por el eterno retorno de la complejidad y de la incertidumbre; me lo recuerda cuando plantea la hipótesis de que la clave para comprender la evolución biológica no es el concepto de adaptación, sino el de independencia. Es este un mundo caprichoso donde las fluctuaciones del entorno se presentan ante nosotros con formas caprichosas. Las moscas, por ejemplo, en su inhóspito ambiente, han compartido tanto que no soportan ya la presencia de ángulos muertos. Entonces, cómo última alternativa, la evolución (el cambio) llama a su puerta. "Se logra –añade Wagensberg- por combinación de individuos preexistentes. Estrategias de prestigio son la reproducción (especialmente la sexual, claro), la simbiosis u otro tipo de asociaciones… En este caso, las ecuaciones son claras: un aumento de la incertidumbre del entorno requiere un aumento de la complejidad del sistema". Pero las moscas, me temo, nada saben de filosofía, de física o de matemática, y tan sólo añaden a la lista de agravios nuevas caricias desgastadas y guiños de desprecio. Mañana –piensan-, para solucionar este problema, acudirán sin falta a la cita con la mosca psiquiatra. "La idea –concluye Wagensberg- es reducir la actividad o mantener la simplicidad y cruzar los dedos a la espera de tiempos mejores".

Esto es. A la espera de tiempos mejores.

8 comentarios

Magda -

¡Qué super preciosa ha quedado tu casita!! ¡wow!

pini -

me olvidaba de un detalle (no menor): pero cambiás todos los dìas del decorado o me parece?

y yo que siempre estoy tan zurdita con el rojo furioso.

pini -

no seas tan cerebral, enrique.
olvidate de las moscas.

acá llueve de tal manera, que no habría mosca que sobreviva al aguacero.

me encanta, me encanta, la tormenta.
lástimas que no hay truenos, lástima que no estoy en el campo para verla y mirar los árboles doblarse (no se vencen, le bailan).
un beso.

Enrique -

Vale, pini. Me monto un cafecito sobre la mesa de la oficina y me imagino que la taza de aluminio (termo casero) es la taza de porcelana francesa que me ofreces. El café, arabiga de colombia. O eso creo.

Un beso, secre.

(Y las moscas, no las de Sartre, sino las de Machado, nostalgia del verano agrícola. Mierda de ciudad en invierno. Gris polución. Gris gripal. Gris cerebral. Nostalgia de bosque de aguacates. ¡La pucha!

pini (dormida y portando bandeja) -

llego al trabajo y me encuentro con el cartel: a la espera de tiempos mejores.
ajá.
he pensado que tal vez ofrecerle unas masitas con un cafecito no sea una buena idea, porque estará pensando en las moscas y no en el sabor de la ofrenda.
jefe de la editorial, los tiempos que corren (los actuales) son los que hay, ni mejores ni peores.
algunos ya se quedaron sin tiempo y ahi están: como diría mi padre para qué quise tener el campo si ustedes no van y con dos por uno (refiriendo a medidas, què patètico) alcanza para el final
te digo, enrique, que el café me salió riquísimo.
no tengo ganas de hablar de moscas (porque les tengo asco)y el amor en tiempos de guerra a veces complida, o mejor dicho la guerra en medio de la relaciòn amorosa.

bueno, yo te traigo el cafecito en una taza de porcela francesa, muy delicada, muy preciosa, calentito.
si tenés ganas, hablamos, y si no, escuchame. (y entonces será un mosquerío infame)
ja.
un abrazo, my boss.
qué suerte que estés aquí, escribiendo.

Magda -

¡Cierto, Enrique! por estar hablando de lo mal que va el mundo, se me pasó comentar sobre “El señor de las moscas”, una bella metáfora que se siente como un bálsamo...

Enrique -

Bueno, Magda, a veces las cosas se presentan desde el lado oscuro; al menos desde el lado camuflado. “El señor de las moscas” no es más que una metáfora del amor. El amor en tiempos de guerra. Bueno, el amor, al menos, en tiempos difíciles. Las moscas son otra metáfora. Y en el entorno, las fluctuaciones, siempre lo alteran todo de forma caprichosa. La seguridad no es moneda que corra entre nosotros. Nada vale nada, o a veces eso parece. “El señor de las moscas”, je, no es más que un juego. Y sí, todo parece evolucionar para peor, pero no te creas. Hasta los imperios son ahora más inofensivos que en épocas pasadas. O no, tampoco estoy seguro.

No estoy seguro de nada, pero no resulta novedad.

Un abrazo, Magda.

José Angel: esculturas humanas de un minuto, inmortalizadas en formato fotográfico. Eso sí, je, je, en formato horizontal.

Formato horizontal: el rey de los formatos.

Cayetano: un abrazo, amigo.

Un abrazo a todos.

Magda -

¿Será que debemos esperar tiempos mejores? En el transcurso de mi vida he podido vislumbrar que muchas cosas, quizá por evolución natural, son mejores, por supuesto, pero paralelamente las que no han sido nunca positivas, esas han evolucionado, sí, pero para ser cada día peores. Avanzan más rápido que las que sí han evolucionado para ser positivas, y, además, son más y más fuertes.

¿Nunca podremos acabar con el maltrato a los animalitos? detesto la corrida de toros, los pleitos de perros (casas que se dedican a esto), el matar focas a palos (como lo hacen en los "civilizados" Canadá y Noruega), etc., o ¿con el maltrato a niños? o ¿con ese poder de los imperios que lo domina todo a través de sus conquistas, el dinero, las armas y su ansia de tener más y más poder a costa de lo que sea? La lista sería larga...

En fin querido Enrique, habrá que esperar tiempos mejores...